Podemos contribuir de forma individual a evitar la pérdida y desperdicio de comida desde casa.
¿Cómo lo hacemos?
- Elaborando recetas de aprovechamiento
Nunca gustaron tanto unas sobras de comida o unos cuantos plátanos maduros. Todo se puede aprovechar y reconvertir en otra comida. ¡Así nacieron nuestras adoradas croquetas!
2. Planificando las comidas
Creando menús semanales o utilizando el método del batch cooking, es decir, cocinando a la vez toda la comida que vayamos a consumir durante la semana, o al menos, una gran parte, que luego podremos ir combinando con otros alimentos que no necesiten más elaboración.
3. Optimizando las compras: semanales y pequeñas
Comprar de más está a la orden del día y, a no ser que tengan una gran caducidad, siempre habrá alimentos que no nos de tiempo a consumir. Evitemos hacer compras grandes o mensuales y los ‘por si acaso’. El bolsillo también nos lo agradecerá.
4. Diferenciando entre consumo preferente y fecha de caducidad
¡No es lo mismo! Si un alimento pasa la fecha del consumo preferente, en la mayoría de los casos se puede comer. Solo hay que comprobar su estado poniendo a prueba nuestros sentidos y la intuición. Si no huele mal o no tiene un aspecto demasiado cambiado, se puede consumir.
Por otro lado, la fecha de caducidad es la que no es flexible. Si un alimento está caducado no debemos consumirlo.
5. Salvando alimentos con Too Good To Go
Nuestro partner contra el desperdicio tiene una app que nos permite comprar alimentos de miles de establecimientos, incluidos nuestros hoteles.
6. Compartir es vivir
Simplemente dando visibilidad a este tipo de iniciativas ya estamos concienciando a más gente. Cuénteselo a su amigo que llega justo a fin de mes, comparta con su vecina la comida que le ha sobrado, utilice ese trozo de ese bizcocho como excusa para tomar un café con su hermana que hace tiempo que no ve… ¡Siempre hay alternativas al desperdicio!
¿Nos animamos a llevar a cabo estas pequeñas acciones y contribuir a generar un gran impacto?
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